1 de noviembre de 2010

The man without a girl.

Sentado en su silla, mirando al frente, a esos dos gigantes, se volvió a preguntar por qué el cielo estaba tan oscuro... Después, volvió a pensar en ella. La hacía promesas muy bonitas, pero a su vez muy falsas, como que las estrellas serían todas para ella, que guardaría en un frasco la luz de la Luna... le gustaba escucharlo, pero sabía que jamás sería cierto.
Bajó un poco la mirada, y la clavó en el mar, esa masa de agua en constante movimiento... que entraba dentro de sus promesas.
Cogió rapidamente un pequeño frasco, y en poco tiempo se posó enfrente de toda esa agua. Con cuidado, metió un poco del líquido en su pequeño ''recipiente''. Sonriendo, lo contempló, mientras notaba pequeñas gotas de agua. Fue a su pequeña casa, donde dejó el frasco, y cogió otro. Lo posó sobre la lluvia, hasta que se llenó solo un poco. Con ambos ''recipientes'' en la mesa, ya podía decirla que le había regalado parte del mar, e incluso de las nubes... pero miró el cielo... pensando... que esa siempre debería de ser su meta... lo único que le faltaba para ella.







Texto cedido por: Shiori young

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